Una vivienda con jardín

Siempre he soñado con tener una de esas casas unifamiliares que aparecen en las películas americanas con entradas verdes y jardines en la parte trasera llenos de vegetación y con hueco para barbacoas pero siempre había pensado que eso, en nuestro país, no se podía tener por dos motivos: por un lado nuestra cultura de construcción en las ciudades tiende hacia la arquitectura vertical, y por otro si encuentras una vivienda con esas características probablemente será mucho más cara de lo que te puedes permitir.

Sin embargo, esa idea nunca ha abandonado mi cerebro y hace unos meses, cuando decidí por fin meterme en una hipoteca, lo primero que hice al contactar con Azul Hogar, la agencia con quien contacté para que me asesorara un poco, fue decirles que quería jardín, no uno grande como los de Estados Unidos, me conformaba con muy poco… pero jardín.

Esta petición la hice a sabiendas de que lo más probable era que no pudieran encontrarme una vivienda con jardín dentro de mi presupuesto pero, al menos, quería intentarlo, y grata fue mi sorpresa cuando dos semanas después me llevaron a ver tres casas diferentes.

Hay que abrir un poco la mente. Cómo es lógico, las viviendas que vi no se parecían en nada a las norteamericanas pero gracias a ellos me di cuenta de que sí es posible tener un hueco verde en nuestro hogar sin necesidad de dejarte un riñón en el intento. Podemos optar por la casa de campo reformada o para reformar, por el ático con terraza donde plantar nuestro propio jardín urbano, o por los típicos bungalow adosados que siempre tienen un pequeño patio a la entrada o en la parte trasera. Yo opté por un adosado que tiene unos 5 metros cuadrados de jardín en el lateral y, a mí, me sobran.

Beneficios de tener un jardín

Hay muchos beneficios que podemos tener si cuidamos nuestros jardines. Por ejemplo: le añaden valor a la propiedad, extiende los metros cuadrados de tu casa en verano, disfraza los elementos estructurales que no te gustan, crea áreas con sombra para disfrutar del aire libre, te ayuda a estar más activo y saludable, te da la opción de tener un pequeño huerto, etc.

Además, las plantas de por sí aportan muchísimos beneficios en casa y es algo que debemos tener en cuenta. En mi opinión, las casas donde no hay ni una sola planta son viviendas de personas que saben muy poco acerca de su propia salud.

Las plantas y flores no sólo decoran con elegancia y belleza nuestros hogares, sino que además nos regalan beneficios para nuestra salud, ánimo, y nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.

  1. Oxigenan el ambiente. De hecho, a pesar de ese rumor que todos hemos oído alguna vez sobre lo negativo que puede ser tener una planta en nuestro dormitorio, el balance global a los largo del día es muy positivo para el ser humano y subsana, con creces, el dióxido de carbono que despenden durante la noche.
  2. Producen un efecto relajante. Nos dan sensación de tranquilidad y positivismo. Regalan bienestar ornamental, estética y armonía. Sus efectos psicológicos son por tanto muy positivos.
  3. Mejoran la salud del aire que respiramos. Las plantas que tenemos en nuestros hogares purifican y revitalizan el ambiente, absorben gases contaminantes, incrementan la humedad en el aire y atenúan la temperatura, refrescando el ambiente en verano y produciendo calor en invierno.
  4. Reducen el ruido. Muchas de nuestras plantas actúan como pantalla frente a los ruidos exteriores e interiores, sobre todo en lugares pequeños y cerrados.
  5. Ayudan a nuestra piel. Como ya hemos apuntado, las plantas humidifican el aire y esto hace que nuestra piel esté mucho más hidratada. Un estudio expuso que la Raphis Marantha aumenta hasta en un 5% la humedad del aire.
  6. Favorecen el trabajo. Muchas investigaciones han demostrado que tener plantas en los lugares de trabajo aumenta el rendimiento y la eficacia de las personas. Además reduce el estrés laboral.
  7. Ayudan al estudio. Y es que no sólo son buenas en el trabajo, también lo son en los centros educativos o de estudio como universidades y bibliotecas. Aumentan el nivel de concentración.
  8. Adornan nuestros hogares. Esto es obvio, a nivel ornamental no hay nada que supere la belleza de la naturaleza.
  9. Limpian la atmósfera. Las plantas no solo renuevan al aire, lo purifican y mejoran, sino que además, reducen la polución, absorben gases nocivos, renuevan el humo removiéndolo y reducen la presencia de polvo hasta en un 20%.
  10. Mejoran la autoestima. Y mucho, os lo puedo asegurar.

Así que ahora, tras todas esta lista de grandes beneficios, a ver quién se atreve a decirme que no es un lujo tener un pequeño jardín en casa…

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