¿Alguna vez os habéis preguntado por qué la gran mayoría de las residencias de la tercera edad están situadas en edificios rodeados de un jardín con unas buenas dimensiones? O ¿por qué un gran porcentaje de nuestros jóvenes abuelos que buscan un lugar donde pasar y disfrutar de la última etapa de su vida eligen vivir en un lugar con esa característica? En Sanvital, una empresa ubicada en Madrid y que se dedica al cuidado y a atender las necesidades de personas de la tercera edad con un cuidado personalizado las veinticuatro horas del día, lo saben y por ello sus instalaciones cuentan, entre otras cosas, con esta gran ventaja.
Vivir en un lugar rodeados de un hermoso jardín nos da mucho juego, en general hace que nuestra vida discurra de una manera mucho más agradable y placentera, lo que conlleva que sin darnos cuenta obtengamos múltiples beneficios para nuestra salud, tanto a nivel físico como psíquico, pues el contacto con la naturaleza hace que abramos nuestra mente y disfrutemos, ya sea de manera activa o pasiva, de las plantas y animales que nos rodean, pero sin duda es en nuestros mayores donde las ventajas de tener un jardín en su lugar de residencia se multiplican, ya que nos abre un amplio abanico de posibilidades para su utilización, pues los ayuda a mantenerse más activos y a realizar ejercicio físico, de diversas maneras, como puede ser caminar o pasear charlando animadamente con compañeros bajo la sombra de los árboles; realizar una rutina diaria de ejercicios en un circuito de máquinas de gimnasia al aire libre, que puede estar instalado en el jardín; participar con otros compañeros en juegos, tales como la petanca, la llave, los bolos, minigolf, etc.; o colaborando y prestando su ayuda en la plantación y en el mantenimiento del jardín o en cultivo de diversas plantas ornamentales, como rosales, geranios, hortensias, etc.
Siempre hay personas a las que, por su actividad durante su vida laboral o por simple gusto, les apasiona tener un huerto y cultivar sus propias legumbres u hortalizas, por lo que se puede reservar una parte del jardín para allí instalar un pequeño huerto. Ocuparse del cuidado, de la alimentación, del aseo y paseo por el recinto de un animal de compañía, como puede ser un perro, es también una terapia muy en auge actualmente, pues está demostrado que da muy buenos resultados.
De todos modos, un jardín no solamente es importante por el ejercicio físico que nos aporta, sino que también es un lugar de reunión, de convivencia, un lugar para celebraciones como comidas o cenas con los compañeros, con la familia, para fiestas, bailes… En fin, un jardín siempre nos anima, nos hace sentir en contacto permanente con la naturaleza, hace que podamos comenzar nuestro día nada más abrir la ventana del dormitorio oyendo el revoloteo y el canto alegre de los pájaros, que podamos observar cómo amanece, cómo el sol va abriéndose paso entre las nubes, al mismo tiempo que nuestra mente se libera de malos pensamientos, de miedos, de estrés o de ansiedad. Incluso puede ayudar a alejar una posible depresión, tan típica en nuestros mayores al ver cómo su salud y su fuerza cada vez se van debilitando más, haciéndolos más dependientes, o al sentir que su familia está, por diversos motivos, lejos, por lo que incluso podrían llegar a sentirse solos.
