¿Sabíais que la decoración de vuestro hogar puede influir en el estado de ánimo de toda vuestra familia? Pues sí, es así. Tanto los colores, como la organización del espacio, como el orden, como las sensaciones que os transmiten ciertas piezas influyen positiva y negativamente en cómo os sentís. Esto, en las habitaciones de los bebés y los niños hay que tenerlo muy en cuenta. No es que el resto de estancias no sean importantes, es que los niños son muy influenciables.
Pero si este cambio de sentimientos, este estado de ánimo que puede verse trastocado dependiendo de la decoración que nos rodea, puede cambiar nuestra manera de ver la vida o de adaptarnos a las situaciones que surjan en cada momento ¿cómo pensáis que puede influir este tema en una residencia de ancianos?
He visitado muchos geriátricos debido a mi profesión porque soy enfermera y en ocasiones me mandan a visitar a pacientes a estos centros o a realizar ciertas curas, y no sabéis lo que puede cambiar la vida de alguien dentro de esos centros dependiendo del ambiente con el que nos encontremos.
He pasado por centros grises cuyo color más llamativo es el crema. He pasado por centros con el blanco impoluto como base y tonos marrones en el mobiliario que lo único que hacen es recordar en gran medida a los hospitales. He pasado por centros donde apenas tienen espacio al aire libre: ni terrazas, ni jardín, ni un sitio donde respirar aire puro. Y he estado en centros donde la vida cada día es un poco más triste.
Por eso aprecio tanto otro tipo de residencias. En residenciageriatricabarcelona.net y en residenciaancianosbarcelona.net el ambiente es totalmente diferente. Tienen actividades diarias, decoración divertida por todas partes (incluso cuelgan las manualidades que hacen los residentes en clase), cuentan con un jardín donde respirar y apreciar la naturaleza y la alegría se respira en el ambiente.
Obviamente no podemos evitar que ocurran desgracias en estos centros, pero no porque su trabajo sea deficiente o porque deban de ser deprimentes sino porque, simplemente, es ley de vida que cuando llegamos a una edad nuestro corazón deje de funcionar y en los geriátricos hay muchas personas de edad avanzada así que por narices, la probabilidad es mayor. ¿Pero no será mejor que las personas que han de ser ingresadas en estos centros asistenciales disfruten de días alegres, divertidos, donde la depresión no tenga cabida, antes que hacerlo en estancias apagadas y que llaman a la tristeza?
Cuando yo llegue a esa edad, si he de ingresas en un geriátrico, quiero que éste sea alegre, que tenga actividades, que me hagan pasad buenos ratos y que me traten como en una gran familia ¿Es mucho pedir? Yo creo que no así que pido lo mismo para todo los ancianos que por necesidad de atención continua o por otros problemas personales y familiares se ven obligados a vivir en residencias.