Cómo elegir la mejor pintura

Pintar es todo un arte. Da igual la modalidad o los materiales que se utilicen. Desde lápices de colores para pintar en un folio, hasta las mejores pinturas de pared, para decorar nuestras paredes. Da igual un pintor de cuadros que uno de brocha gorda, cuando se trata de pinceles, hablamos de arte. Porqué si, pintar paredes, es todo un arte que va más allá de las paredes blancas y lisas. Ahora, podemos encontrar paredes con acabados de todo tipo: estucados, efectos mojados, lisos, satinados, mate, con contraste, degradados… Creatividad al poder y un pintor, rodillo en mano, para convertir las paredes de una casa en el lienzo más preciado.

Lo mejor de pintar una pared, es que puedes contratar a un profesional o hacerlo por tus medios, improvisando, innovando y experimentando. Cual artista en ciernes que no sabe lo que se hace pero hará lo que sabe: aprender. Aprender lo necesario para poder realizar esta, en apariencia, sencilla tarea. Por qué no, realmente no es tan sencilla como pueda parecer. Pintar una pared no consiste en pasar el rodillo o la brocha por todos los rincones de la misma, a lo largo y ancho y rematando las esquinas. Hay que hacerlo de manera que no se note que se ha pintado y, si se nota que sea con toda la intención.

De la mano de Artespray, expertos en manualidades y, por supuesto, pinturas, vamos a aprender todo lo necesario para elegir la mejor pintura de interior, en el caso de que nos lancemos a pintar las paredes de nuestra casa. Porque tipos de pintura hay muchos pero no todos son iguales, ni ofrecen los mismos resultados. Hay que tener en cuenta una serie de consideraciones previas antes de decantarnos por el tipo de pintura que más se adapta a nuestras paredes, nuestras pretensiones y por supuesto, nuestros bolsillos. Hay que señalar que las pinturas más económicas pueden no rendir tanto como las de mayor coste, por lo que al final, puede duplicarse el gasto.

Aspectos a tener en cuenta

El asunto de la pintura, puede parecer simple pero, como ya hemos dicho, no lo es tanto. No basta con prestar atención al color o el tono, calidad y compatibilidad con las paredes y el espacio, son también influyentes. Es más que habitual pensar en el color y no en otra cosa, cuando de pintura se trata. Si queda bien con los muebles o las cortinas, si aporta luminosidad… pero aparte del color, hay que prestar atención a los aspectos siguientes:

  • Grosor o cobertura que ofrece la pintura. Esto puede evaluarse fácilmente con una muestra. En función de lo que cubra, serán necesarias más manos de pintura, lo que ayuda a calcular la cantidad necesaria y la posibilidad de necesitar disolvente.
  • Este aspecto es fundamental: el mantenimiento que necesita. Si debe limpiarse y como, o los retoques que puede necesitar.
  • Aunque puede parecer que la mejor opción es una pintura que se seque rápido, los expertos, aseguran que a veces no es la mejor opción. Hay que tener en cuenta el tiempo que tienes para que esté lista la superficie y el aspecto que pretendes conferirle a la pared.
  • Saturación y brillo, como en una fotografía. Se puede buscar calidad sin renunciar una saturación o brillo en particular. Los catálogos ofrecen pinturas con diferentes tonalidades: mate, aceite o satinado.
  • Este punto hace referencia a lo que es necesario añadir a la pintura para lograr mayor rendimiento y mejor resultado. Es decir, si contiene aditivos o es necesario añadir solventes o diluyentes, o tal vez si requiere añadir agua o se usa tal y como se compra.

En lo que a los diferentes tipos de pintura que podemos encontrar, no solo existen colores y tonalidades o acabados. A la hora de comprar una pintura para interior, podemos encontrar pintura plástica, esmalte o pinturas especiales. Los nombres nos suenan a todos aunque es posible que no sepamos muy bien en que consiste cada tipo.

La pintura plástica es a base de agua, se aplica con facilidad y seca rápido. No desprende demasiados olores y es lavable. Ofrece una amplia gama de colores y es posible encontrarlos en mate, satinado o brillante. Soporta la humedad en un grado moderado y es válida tanto para interior como para exterior.

El esmalte, se divide en pinturas sintéticas y acrílicas. El color que poseen tiene una elevada calidad y su composición las convierte en impermeables, lo que permite que se lave con agua y jabón. Se secan rápido y pueden mezclarse con agua. Son muy utilizadas sobre superficies metálicas entre otras.

Las pinturas especiales son todas aquellas que se han concebido con una finalidad concreta como pueden ser las pinturas para piscinas, muebles, cristales o barniz.

Ahora que conocemos los diferentes tipos y clases de pintura, ¿Cuál es la que necesito? Para contestar a esta pregunta, hay que tener claros los siguientes aspectos: la superficie o material a pintar; la temperatura a la que estará expuesta de forma habitual; las medidas de la superficie; si es interior o exterior. A partir de ahí, se puede elegir la pintura más adecuada. A continuación, vamos a detallar algunos tipos concretos de pintura para facilitar la toma de esta importante decisión.

Un paseo por las pinturas

Ya sabemos lo que vamos a pintar: paredes, muebles, vallas… lo que se nos ocurra o sea necesario. Ahora vamos a ver que pintura es la más adecuada para cada situación.

La pintura de látex o plástica, conocida también como pintura al agua, es la más adecuada para pintar interiores en los que no haya demasiada exposición a la humedad. Su durabilidad es bastante buena siempre y cuando no se exponga a condiciones adversas y permite hacer infinidad de composiciones debido a su facilidad de aplicación y óptima cobertura. Es lavable como ya hemos comentada y seca rápido.

Las pinturas al óleo, no solo se crearon para los grandes cuadros. Este tipo de pinturas con base de aceite, son las más adecuadas para pintar las superficies que estén expuestas de forma continua a fuentes de humedad como los baños. No pueden limpiarse con agua o productos agresivos y su olor es más fuerte. El tiempo de secado es superior al de la pintura plástica.

Dentro de los esmaltes, encontramos la pintura acrílica, compuesta por resina sintética y pigmentos naturales o sintéticos entre otro tipo de aditivos. Este tipo de pintura no genera olores ni produce gases, lo que la hace adecuada para personalizar espacios con murales, patrones pintados o trabajar superficies como la madera, el metal, el cemento o el plástico. Ofrece una excelente resistencia a la humedad y puede aplicarse tanto a interiores como exteriores. Puesto que su base es de agua seca rápido y puede ser utilizada para imprimar superficies que posteriormente serán revestidas o pintadas.

Otro tipo de esmalte, es el sintético. Los profesionales definen a este tipo de pintura como resistente y versátil. Su base de aceite hace posible que soporte la humedad y pueda limpiarse con facilidad, ofreciendo una máxima cobertura. Se compone de resina, zinc y alcohol de petróleo que hacen que sea necesario utilizar disolventes para su aplicación. Seca lentamente aunque el tiempo varía en función del disolvente utilizado. Puede utilizarse indistintamente en cocina, marcos de ventana, rejas o partes externas como el garaje.

Una opción más económica es la pintura de cal o la cal. Este tipo de pintura debe prepararse con agua para obtener el color blanco y admite el añadido de pigmentos para obtener el color deseado. Para lograr una buena cobertura, es necesario aplicar de dos a tres capas. Su uso es habitual en exterior e interior, especialmente cuando se trata de paredes rusticas, porosas o de yeso. Se desprende con facilidad por lo que es recomendable añadir resina para mejorar su calidad y durabilidad.

Aparte de estas pinturas que son las más habituales, podemos encontrar pinturas especiales como la de clorocaucho para piscinas; pintura para suelo exposi para revestir suelos de hospital, industria u hormigón; pintura galvanizante para proteger el hierro y metal; pinturas de pizarra para lograr acabados de diseño o barnices.

Inevitablemente, para pintar paredes o cualquier superficie que se preste, es necesario disponer de las herramientas y útiles necesarios. Puedes tener la pintura adecuada para pintar tus paredes pero si no lo haces con las herramientas adecuadas, el resultado, no será el deseado. Algunos de esos útiles que harán que el trabajo sea un éxito son los rodillos, ideales para pintar paredes y techos de forma homogénea y rápida. Los mini rodillos, son esenciales para las zonas más pequeñas que requieren de mayor precisión. Un buen pintor de brocha gorda, no puede abordar el trabajo sin las necesarias brochas, con unas buenas cerdas mejor que mejor. Ideales para los bordes y aplicar barnices.

Para evitar ensuciar más de la cuenta y proteger el suelo y mobiliario, anda como la cubierta para pintar. Estos rollos de plástico sirven para cubrir las superficies y poder pintar sin miedo al goteo. Además hay que añadir, espátula, cubetas, lija y disolvente para completar el kit del buen pintor. Ahora, solo queda ponerse a trabajar.

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