Así se monta un huerto en tu propia casa

Seguro que estás harto de decir eso de “este tomate solo sabe a plástico, no sabe como los de antes”. Una frase muy manida pero cierta como la vida. Y es que esto es así. Los tomates, y por ende, todas las hortalizas, verduras o frutas no saben como las de antes. ¿Por qué? Pues está claro que es porque no siguen un proceso natural y ecológico. Algo que nosotros podemos cambiar. ¿Cómo? Pues montando un huerto en nuestra propia casa.

Va a ser tan fácil como ir al mercado y coger lo que más nos guste, pero en este caso, de una manera más económica y cómoda. Porque vamos a enseñar cómo se puede montar un huerto en casa, ya que es algo que tiene múltiples beneficios, tanto para la salud como para el medio ambiente y la comunidad en general.

Tenemos claro que tener un huerto en casa nos permite cultivar nuestros propios alimentos orgánicos y frescos, lo que nos garantiza que estén libres de pesticidas y químicos nocivos para la salud. Pero además, como os decía, supone un ahorro de dinero, además de que puedes cosechar solo lo que necesitas en cada momento.

Luego hay otro beneficio que es esa conexión con la naturaleza. Cultivar un huerto es estar en contacto directo con la naturaleza, lo cual nos puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y a conectarnos de una manera más profunda con el medio ambiente. Es como respirar verde. Además, y hablando de verde, nos ayuda a mejorar el medio ambiente, ya que estás produciendo alimentos localmente y sin necesidad de transportarlos grandes distancias.

Recuerdo que el primero que tuvo un huerto en casa, y de él he aprendido, fue mi abuelo, que además le servía para estar en forma. Porque oye, mantener un huerto implica realizar actividades físicas como cavar, plantar, regar y cosechar, lo que ayuda a mantenerte en forma y activo. Mi abuelo me enseñó el camino, porque se trata de una excelente oportunidad para trasmitir valores, entre otras cosas, sobre el ciclo de vida de las plantas, la importancia de la alimentación saludable y la conservación del medio ambiente.

Y hay una razón que me invita siempre a tener un huerto en casa, que es lo estético que queda. Me da un ambiente de paz y de armonía que es tremendo. Las razones para tenerlo están claros, pero ahora vamos a lo importante, cómo se monta.

Paso a paso

  1. Escoge un lugar adecuado. Busca un lugar en tu casa que reciba suficiente luz solar durante el día. Lo que es perfecto es que el lugar esté cerca de una fuente de agua para facilitar el riego de tus plantas.
  2. Prepara el suelo. Asegúrate de que el suelo donde vas a plantar esté bien drenado y preparado para recibir las plantas. Ya sabes que puedes añadir abono orgánico o compost para enriquecer el suelo y mejorar su calidad.
  3. Elige las plantas adecuadas: Escoge plantas que se adapten al clima y a las condiciones de tu hogar, no se puede pedir peras al olmo, ya sabes. Puedes empezar con plantas fáciles de cultivar como tomates, lechugas, hierbas aromáticas o fresas.
  4. Riega adecuadamente: Es importante mantener el suelo húmedo pero ojo, nunca encharcado. Riega tus plantas regularmente, especialmente durante los meses de verano, y evita mojar las hojas para prevenir enfermedades.
  5. Importancia de los cerramientos. Dependiendo del tamaño de tu huerto tienes que tener en cuenta también que lo mismo hay que cerrarlo para evitar que traspase zonas que no son nuestras. Para ello tienes en el mercado cerramientos agrícolas. Por ejemplo, como recomiendan desde Spadico, que es una empresa experta en este tipo de cerramientos, se puede necesitar una malla para proteger los cultivos frente a roedores, o en la construcción para aislamientos, aunque como te digo eso depende del tamaño.
  6. Controla las plagas y enfermedades: Mantén un ojo en tus plantas y vigila cualquier signo de plagas o enfermedades. Puedes utilizar remedios naturales como el aceite de neem o el jabón insecticida para combatirlas de manera efectiva.
  7. Cosecha tus propias verduras y frutas: Disfruta de los deliciosos productos que has cultivado con tanto amor y esfuerzo. Cosecha tus verduras y frutas cuando estén en su punto óptimo de madurez y disfruta de su sabor fresco y nutritivo.

Y el paso más importante, nunca tires la toalla. Se puede aprender de los errores. La jardinería es un proceso de aprendizaje constante, como la vida. No te desanimes si algo falla en tu huerta, cada error es una oportunidad para aprender y mejorar en el futuro.

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