Si hay algo que siempre hemos tenido muy claro en nuestra familia es que siempre, viviéramos donde viviéramos, tendríamos un jardín o una terraza ajardinada donde disfrutar de buenos momentos al aire libre. Hay personas que tienen otras prioridades y lo respeto pero en nuestro caso preferimos reformar el exterior cuando es necesario antes que reformar el interior. A no ser, claro está, que se nos esté cayendo la casa a cachos.
Cuando mis padres se jubilaron tomaron la decisión de irse a vivir a la costa. Querían comprarse algo pequeño, para ellos dos solos, y vivir cómodamente cerca del mar mediterráneo. Vieron muchas localidades y al final optaron por Denia, una ciudad costera que antaño fue un pueblo pescador y que aún conserva algo de ese encanto. El problema es que todas esas zonas, que ahora son tan turísticas, se han llenado de apartamentos minúsculos con cocina americana, muy poco funcionales y sin rastro de terraza o jardín. Como mucho te encontrarás con un balcón minúsculo en el que no cabe ni una triste silla plegable.
Lo que ha ocurrido es que, para construir más en menos espacio y llenarse los bolsillos, los constructores han levantado edificios que parecen una especie de colmena donde viven cientos de abejitas (que somos nosotros). Apartamentos horribles sin ningún tipo de encanto donde algunos viven hacinados como sardinas en lata y mis padres, obviamente, no querían nada de eso. Visitaron multitud de inmobiliarias pero todas, sin excepción, les enseñaban el mismo tipo de viviendas y si querían algo un poco mejor tenían que dejarse un dineral en la casa, hasta que encontraron Romerplaya, una inmobiliaria especializada en la venta de apartamentos en Denia que sí supo encontrarles lo que buscaban a un precio decente.
Odio las «mini casas»
Y es que ahora se lleva mucho eso de las “Mini Casas” donde la gente se deshace de todo lo que puede ser prescindible, o susceptible de serlo, para vivir en 30 metros cuadrados y pagar menor hipoteca. Eso es ridículo, al menos en mi opinión, y que conste que lo entiendo perfectamente porque algunos bancos piden hipotecas tan abusivas que a veces es a lo único a lo que puedes optar, pero eso no justifica el hecho de que sigue siendo igual de ridículo pretender meter a una familia de cinco miembros en menos de 30 metros.
De hecho, este movimiento está tan de moda que hay diseñadores que han creado cajas domóticas donde aúnan todos los electrodomésticos y muebles en un espacio muy reducido. Son como cajas modulares de donde vas sacando una mesa, las sillas, una cama e incluso una cocina entera. Por ejemplo, con un solo botón puedes pasar de configuración dormitorio a configuración de oficina o de sala de estar y, de esta forma, utilizar un mismo espacio para tener distintos ambientes según las necesidades. Pero es que no veo la necesidad de estar tan apiñados sólo porque cuatro listos quieran llenarse bien los bolsillos de dinero.
Ahora mis padres viven en un apartamento bastante antiguo en comparación con los edificios modernos de hoy en día pero totalmente reformado. Lo han comprado por 120.000 euros y tiene dos habitaciones y dos baños, que para ellos les sobra, y lo mejor de todo es que tienen una terraza enorme donde mi madre ya ha puesto 6 jardineras gigantes para empezar a plantar. Seguro que en un par de años esa terraza parecerá la selva y ellos estarán encantados.