Reduce los niveles de estrés y ansiedad, ayuda a combatir la depresión y mejora la actividad cognitiva. Cuidar un jardín tiene efectos muy beneficiosos para la salud integral del organismo, y eso lo saben bien en el centro de asistencia Benviure, la única residencia geriátrica de Barcelona, realmente especializada en la enfermedad de Alzheimer. Aquí, cuentan con una zona ajardinada independiente y minuciosamente cuidada en cada planta, además de amplias terrazas. Con más de 6.000 m2 de exteriores, sus residentes podrán transitar libremente, igual que sus visitas, que puedan disfrutar de toda la naturaleza en su máximo esplendor. Cuentan también con un equipo médico durante todo el año, los 365 días, sin listas de espera, sin demoras en los diagnósticos y realizando un tratamiento rápido y efectivo, ya que disponen de la más alta tecnología de vanguardia. Su equipo médico está formado por facultativos con larga experiencia en variedad de especialidades, desde la medicina general, atención ginecológica y urológica, traumatología, psicología, pediatría, entre otras.
Las y los profesionales de la psicología, recomiendan la terapia hortícola, un nuevo concepto que está ganando protagonismo en los últimos tiempos, ya que el jardín representa ese espacio de retiro, al que nos alejamos para reflexionar y estar tranquilos, en contacto con la naturaleza, y que nos hace sentir esa inquebrantable unión con el universo, con el todo.
Cuidar un jardín, plantar, verlo crecer, crear belleza, proporciona una reconfortante sensación de bienestar, de la que todo el mundo puede disfrutar y aprovecharse de sus maravillosos beneficios. Y es que no hay nada mejor que el contacto con la naturaleza para hacernos sentir viv@s y renovad@s. Por eso los jardines, a lo largo de la historia, se han venido asociando con la alegría de vivir, con la belleza y con la juventud.
Tu jardín, tu felicidad
El cuidado de jardines mejora el bienestar social, espiritual, físico y emocional de las personas, de todas, pero sobre todo de las mayores o las que padecen ansiedad, estrés o depresión, y sus efectos beneficiosos están más que comprobados. Un jardín tiene un poder curativo tan importante que muchas personas están empleando la terapia hortícola como alternativa o como complemento a la terapia tradicional.
Este tipo de terapia gana terreno ya que cura por medio de la actividad creativa, esencial en el ser humano, e imprescindible para el buen funcionamiento físico y mental, aumenta la felicidad y aporta una incomparable sensación de paz, ayudando a mejorar el estado de ánimo y el humor, y es muy útil en personas que presentan algún tipo de discapacidad.
Veamos a continuación cuáles son los beneficios de la jardinería para la salud.
Alivia la ansiedad y la tensión. El aroma y la belleza que guarda un jardín aumenta los niveles de cortisol, la hormona de la felicidad, y está comprobado que en proporciones más altas que otras actividades de ocio.
Reduce el estrés, ya que ayuda a relajarse y a dormir mejor, mejorando de manera importante la actividad cerebral.
Combate la obesidad y la diabetes, y por ende, la salud cardiovascular, ya que además de realizar ejercicio, nos permite cultivar nuestros propios alimentos, por lo que siempre podremos disponer de productos sanos, naturales, frescos y ecológicos, que al estar libres de pesticidas y químicos, son inmensamente mejores para nuestra salud.
Minimiza el riesgo de padecer enfermedades de los huesos, como la osteoporosis. El cuidado del jardín nos obliga a realizar ciertos movimientos que mejoran significativamente la calidad de nuestros huesos y músculos, con efectos parecidos a los de hacer pesas.
Alegra y proporciona felicidad. Las personas que cuidan un jardín presentan niveles más altos de felicidad, son más optimistas, resuelven mejor los conflictos y sienten mayores ganas de vivir.
No necesitas una zona demasiado extensa para cultivar tu propio jardín, y un solo metro cuadrado ya podemos construir uno. ¿Conoces los huertos urbanos? Puedes conseguir uno y cultivar pequeñas hortalizas como los tomates, pimientos o lechugas o hierbas aromáticas como el perejil, el tomillo, la menta o la hierba buena.
Ahora que ya conoces las maravillosas propiedades de la terapia hortícola, ¿no te animas a empezar a practicar esta relajante, entretenida y completa actividad?