En mi empresa, uno de los servicios que más nos piden, es la reforma del jardín. Nosotros somos paisajistas experimentados pero también decoradores que buscan dotar al cliente de la estancia funcional que buscan y no sólo de un jardín bonito que requiera cuidados y no se pueda pisar. Una de nuestras herramientas de trabajo es nuestra furgoneta. En ella cargamos plantas, maceteros, muebles de exterior y cualquier otra cosa que podamos necesitar y hace dos semanas murió, definitivamente, ocurrió mientras hacíamos un trabajo a las afueras de la ciudad, se durmió y no hubo manera de despertarla. Mi primo me aconsejó que fuera a esta empresa de coches de ocasión en Lugo y al final adquirí un nuevo medio de transporte.
Pardo Automoción es un concesionario especializado en los coches de segunda mano que pone al alcance de muchas empresas de la zona la posibilidad de cambiar su vehículo, sea cual sea el tipo de coche que necesiten. Cuando yo llevé mi furgoneta, a la que tanto cariño tenía, al taller de confianza, me dijeron que estaba todo hecho polvo, aunque con el tute que le hemos dado estos últimos años no me extraña nada y he de decir que se había portado muy bien hasta ahora. El problema es que las cosas no se rompen cuando a uno le viene bien, sino cuando toca, y a mí que se nos rompiera la furgoneta a finales de noviembre, con las navidades aquí al lado, no me venía nada, pero nada bien.
Por eso me recomendaron este concesionario de coches de ocasión y aunque yo suelo ser reticente porque pienso que si los venden es por algo y probablemente te acabes comiendo el problema que tenía ese vehículo tú por haberlo comprado de segunda mano, tras las referencias que me dio mi primo y tras comprobar que era la única posibilidad que tenía ahora mismo para hacerme con un nuevo medio de transporte pues acepté y por ahora todo me ha salido a pedir de boca.
Todo esto me ha hecho pensar en los prejuicios que heredamos de nuestros padres pues fue él, mi padre, el que levantó la empresa que ahora dirijo yo, el que me metió en la cabeza que comprar cosas de segunda mano no sale rentable.
Recuerdo que cuando acabé la carrera de paisajista, que fue poco después de que mi primo acabará el FP de construcción que estaba haciendo y por eso empezamos prácticamente a la vez con mi padre a trabajar, él siempre nos decía que si se rompía una herramienta de trabajo debíamos acudir a una buena empresa que nos proporcionara una nueva a buen precio porque comprar algo barato sale caro y si además de barato es de segunda mano lo que estabas haciendo era tirar el dinero.
Supongo que eso se me quedó grabado y ahora que somos dos paisajistas, tun decorador y tres albañiles sigo llevando el mismo estilo de negocio que llevaba él y me temo que es hora de cambiar, de abrir miras y de olvidarme de los prejuicios que tenía mi padre porque no van a ayudarme a avanzar, más bien todo lo contrario.