Encontrar una planta de vid que se pueda ajustar a las necesidades de los viticultores no es fácil. Existen viticultores que establecen una serie de acuerdos estables con los viveristas, campaña tras campaña. Entregando los sarmientos que eligen en las viñas de la zona. De todas formas, como nos recomiendan desde los expertos responsables de plantvid.com es bueno hacer una comprobación en situ de las plantas que se encarguen y así intercambiar las opiniones, algo interesante para todas las partes.
La ralentización que se produce en la actividad, es buena para que se reflexione sobre cómo va la actividad, tanto en la campaña que acaba como en las anteriores, todo para poder emprender acciones nuevas para que mejore la gestión y los resultados en el futuro.
Los viticultores no se tienen que resignar a plantar solo dependiendo de las existencias en los viveros
Los viticultores profesionales, conforme renuevan las parcelas, deben tener clara la clase de viticultura que le conviene y las variedades que elegirá. Para ello tiene que conocer las viñas por completo y las mejores combinaciones en cada rincón.
Cuando se piensa todo bien, el viticultor deberá contactar con los viveristas, hasta que se puedan encontrar los que tengan el material vegetal que vaya a necesitar.
Los viticultores no se tienen que registrar a solo plantar dependiendo de las existencias que tengamos en los viveros. Solo se tienen que aceptar cuando haya una coincidencia exacta entre la oferta y lo que se quiere. De no ser así, va a tener que buscar alternativas, comprando a los viveristas la parte del material vegetal que coincida con lo que él vaya a necesitar.
En lo que vaya a faltar, la mejor solución es plantar los bravos en cada una de las parcelas y proceder a injertarlos cuando valgan con las púas de las variedades que nos interesan y que no podamos encontrar en el mercado.Hay zonas en los que cada vez hay menos injertadores.
No es verdad que sea retrasar el tiempo el plantar bravos e injertar
Se cree, en especial por los más jóvenes viticultores que plantar bracos e injertar después hace perder el tiempo o retrasarse, algo que no es verdad. Aunque debe haber dos condiciones, en una el terreno debe acondicionarse lo mismo que cuando se planta vides injertadas. Por otra parte, el injerto debe tener un número de fallos reducido, donde tiene que verl el año y la pericia que vayan a tener los injertadores.
Pese a que se esperen dos años para injertar en el campo, mientras tanto, los patrones se desarrollan sistemas radiculares en el suelo. Cuando el injerto sale bien, la pérdida de tiempo no va a existir.
Todo esto no es obstáculo para poder reconocer que cuando hablamos de plantaciones en grandes superficies y con la escasez de profesionales que hay, el injerto en el campo es cada vez más complicado que encuentre viabilidad.
Una de las salidas para los viticultores que no encuentran lo que buscan es enviar la madera de las variedades que él necesita a un vivero para que se la pueda injertar. De esta manera pasa a retrasarse un año.
Cuando se prepara bien el terreno, hay que prestar atención constante al suelo en el periodo de espera, pues se van a mejorar las garantías de éxito en las plantaciones, lo que va a compensar la demora.
Los buenos profesionales no regatean la planta en las ferias al acabar la temporada.
Salvo que sean circunstancias especiales, no debe esperarse al último momento para adquirir la planta. El compromiso de la viabilidad en las viñas asistiendo a las ferias cuando acaba la temporada para regatear a la hora de buscar los desechos que queden, no es algo que diga mucho de su profesionalidad.
Preparar a fondo la tierra es necesario
Hay que elegir una buena combinación de variedad y portainjerto, siendo los diseños más acertado el objetivo, para que pueda funcionar bien el conjunto de las plantas que al ser leñosas, van a estar durante décadas en el mismo lugar.
Para ello el estudio acertado de los diseños geométricos en las nuevas plantaciones es lo ideal, debiendo cometer los menores errores que podamos, algo que en el futuro será complejo o imposible lograrlo.
Los viveristas siempre tienen que intentar tener en mente que el material que se presente debe ser sano y criado bien, lo que no es poco, algo que será bueno y necesario, aunque no solo con esto va a llegar. Deseamos que estos consejos hayan sido de utilidad.